almas; puesto que el fervor religioso se forma, crece y se plantifica en
esos actos de piedad, que se hacen en la presencia del Señor en su Santa
Casa, oyendo las cortísimas exhortaciones de su pastor, que busca el
medio y la oportunidad de reunir a los fieles para santificarlos: con el
mismo fin explica el catecismo a sus feligreses en los días festivos
acompañándose del coadjutor o sacristán presbítero, si se estuviese en
el campo: y en los barrios a donde no pueda alcanzar su presencia,
encargará este deber a personas idóneas, piadosas y timorales, que por
su celo y amor al prójimo, se prestare a llevar esta obra de caridad;
recomendando mucho a los maestros, y en especial a los padres de
familia, el cumplimiento de éste deber, y asegurándoles que sin
instrucción religiosa no llegarán a formar nunca, ni buenos ciudadanos,
ni buenos hijos.
Décimo: Todas las noches rezará el Santo Rosario en el
templo, y los sábados después de el, y los domingos después de la misa
parroquial, contará la salve, según antigua costumbre.
Onceavo: Consignará en las partidas de defunción, la clase de
entierro que haga y formará un cuaderno por separado en que conste el
estado de cumplimiento de las cargas piadosas, junto con la nota de
haber entregado la cuarta episcopal que por derecho debe satisfaccere.
Doceava: Velará y cuidará de corregir las costumbres públicas
y privadas y dirigirá sus mayores esfuerzos a estirparlos completamente
de la sociedad, el concubinato, estendido, por desgracia, en esta
diócesis, valiéndose para ello del buen consejo, y de la persuasión,
exponiendo los males que resultan de tan horrendo crimen, que niega a
los hijos el título y nombre de familia, base del amor filial; y para que
sus esfuerzos sean más eficaces cuidará que su conducta sea tan pura,
que ni leve sospecha deba concebir nadie acerca de ella, antes por el
contrario, sea tal que pueda ser tomada como modelo digno de la
imitación de sus feligreses: sólo así sus exhortaciones y consejos
podrán tener el valor de la autoridad y el ascendente de la virtud, tan
necesaria fuera la dirección de las almas.
Treceavo: Se tendrán presentes las actas particulares dadas por
nosotros y extendidas en cada uno de los libros parroquiales, para su
más exacto cumplimiento.
Dado en Santa Pastoral Visita de San Antonio Abad de
Añasco, firmado de mi misma mano, sellado con el de nuestras
armas y refrendada por nuestro secretario de cámara y visita a veinte de
noviembre de mil ochocientos setenta y cinco.
Juan Antonio
Obispo de Puerto Rico
Por mandado de S. E. G. el Obispo Monseñor
Don Manuel D. Carreja
anascopr
(Anascopr)
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