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(Rick Simeone) #1
neta y reguladora del clima mundial. Los
numerosos ríos constituyen una de las
mayores riquezas de la región: la existen-
cia de una estación seca y otra de lluvias,
produce un gran descenso de las aguas de
los ríos y, a continuación, un gran ascenso.
Esta dinámica del sistema hídrico genera
complejas cadenas alimenticias que dan
sustento a una fauna increíblemente varia-
da en especies. Considerados en general,
los suelos de la Amazonía son pobres,

tanto en materia orgánica como en mine-
rales. Aún los del pie de monte y las vegas
inundables son inferiores a los fértiles sue-
los andinos. Los nutrientes para la frondo-
sa vegetación no se encuentran en el del-
gado suelo sino en la capa de hojarasca y
detritus que lo cubre, de donde las plantas
los obtienen directamente a través de sus
raíces y micorrizas.

Debido al clima húmedo en el Amazonas,
la recuperación de vestigios arqueológicos
es una tarea muy difíci l. Aquello qué dura-
ría normalmente siglos y hasta milenios en
otras áreas más secas, se desintegra rápi-
damente en el Amazonas. Debido a este
hecho, los resultados de la cerámica y las
herramientas de piedra se han convertido
en los precursores en la historia del
Amazonas, así como numerosos petroglifos
tallados y pintados sobre las rocas que

afloran en los lechos de los ríos. Según
Reichel-Dolmatoff (1976) los nativos inten-
taban controlar la acumulación de energía
en sectores específicos de su cosmos, al
interior del cual se encontraba aquello que
hoy llamamos “ecosistema”. En consecuen-
cia, la regulación ritual de los flujos de
energía permitía que se desarrollaran acti-
tudes respetuosas hacia los diferentes
componentes del ecosistema, perpetuando
un balance ancestral entre el ámbito y las
comunidades humanas. Otros autores
habían reportado sistemas conceptuales
semejantes a los que describiera Reichel-
Dolmatoff para la Amazonia colombiana.
Estos, también eran el resultado del pen-
samiento chamánico.^19 El chamanismo es
un sistema coherente de creencias y prác-
ticas religiosas, que tratan de organizar y
explicar las interrelaciones entre el cos-
mos, la naturaleza y el hombre. Estas
explicaciones sobre el lugar que el hombre
ocupa en la naturaleza en parte se funda-
mentan en experiencias visionarias que,
por tener una común base neurofisiológica,
son muy convincentes.

Históricamente la cuenca amazónica fue
percibida, hasta hace unos pocos años,
como un territorio sin historia, o como un
gran infierno verde que debía ser coloniza-
do y ocupado por la civilización. El mito de
un territorio vacío se expresó en diversas
formas. Un Ministro de Agricultura de
Colombia proclamaba, en la década del 50,
que la Amazonía “era una tierra sin hom-
bres, para los hombres que necesitan tie-
rra”. Esta perspectiva justificó diversas
políticas desarrollistas que percibían el pro-
greso de la región en términos la destruc-
ción de sus bosques para transformarlos
en pastos, la integración de las culturas
nativas y el estímulo a todas las formas de
ocupación foránea. Sin embargo han sido
numerosas las intervenciones que se han
dado sobre la Amazonía y sus pobladores -
valga la pena recordar la época de la Casa
Arana y las explotaciones caucheras que

History, cculture aand cconservation


Figura 5.La comunicación en la Amazonia
Colombiana es fluvial. (Cortesía Andrés Mayr)

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